Huelva está de moda o al menos logra atraer más turistas que hace un año. A falta de los últimos datos del cierre del ejercicio se calcula que la ocupación hotelera ha aumentado alrededor del 2% en la provincia y eso es un logro si se mira al resto de destinos turísticos, en los que la llegada de visitantes se ha reducido. Pero en el otro lado del balance anual destaca una caída en la rentabilidad empresarial, provocada por el descenso en los precios que han tenido que asumir los hoteleros para captar clientes. Entre un 5 y un 10%, según las primeras estimaciones de la patronal. La interpretación es clara: dentro de lo malo (caen los márgenes empresariales), Huelva se defiende dignamente y logra ser más competitiva que otros destinos. Una situación en la que ha sido decisiva la defensa de la calidad, que viene marcada por el cuidado del entorno y la creación de instalaciones hoteleras de última generación.

Las expectativas no eran buenas y el año comenzaba con el temor de que 2009 volviera a dejar valores negativos en uno de los pilares del futuro productivo de la provincia. Instituciones y organismos competentes en materia turística realizaron un pacto de silencio y optaron por evitar hacer pública cualquier tipo de previsión en los primeros meses del año. La primera prueba llegaba en Semana Santa, para la que se esperaban niveles de ocupación similares a los del año pasado (alrededor del 80%), aunque para ello se tenía claro que había que incentivar el consumo y para ello sólo había una fórmula: rebajar precios, a pesar de que eso supusiera una pérdida de rentabilidad sin precedentes. Pero había que arriesgarse y se hizo. Los primeros balances dejaron intuir que la decisión había sido la correcta: se logró mantener el porcentaje de plazas hoteleras cubiertas (se alcanzó una media del 85%) aunque para ello los empresarios bajaron un 5% los precios con el objetivo de competir con otros destinos como la Costa del Sol. Y es que los empresarios tenían claro que había que atraer a un turismo eminentemente nacional, que no quiere renunciar a sus vacaciones, pero que recorta gastos. El primero en el traslado: se hacen trayectos más cortos y el vehículo propio, lo que favoreció que el turista que llegó a Huelva en Semana Santa fuese en su mayoría andaluz, extremeño y madrileño (los dos primeros aumentado respecto a otros años), dejando casi una presencia testimonial para el visitante extranjero. Y esto tiene dos lecturas, la primera, que se ha favorecido que clientes próximos a la provincia la conozcan y puedan convertirse en visitantes fieles a este destino (el 90% de los que llegan está dispuesto a repetir). Y la segunda, que con ello se acentúa aún más la estacionalidad que define turísticamente a la provincia de Huelva, cuando desde los diferentes organismos, instituciones y asociaciones del sector turístico se defiende que hay que conseguir dar el salto hacia el turista extranjero para conseguir rentabilizar el turismo en la provincia.

El primer examen se pasó y la valoración del curso llegaría prácticamente con el termómetro del verano, que marcó un nivel con el que los hosteleros lograron no sólo mantener los niveles del año pasado, sino superarlos, en contra de la tendencia a la baja del conjunto de Andalucía y España. Y no sólo eso, sino que llevaron a Huelva a liderar el panorama turístico del país. El tercer trimestre del año se cerró siendo la provincia el segundo destino español (sólo lo superó Baleares). Todos los indicadores subieron. Mientras en el conjunto del país el grado de ocupación bajó un 4,26% y en Andalucía un 4,77%, en la provincia la subida fue de un 1,40%. En cuanto al número de viajeros, frente a una reducción del 4,65% en la región y de un 4,70% nacional, Huelva creció un 9,31%. Las pernoctaciones (el número de noche que los turistas pasan en Huelva), también registraron un incremento en comparación con 2008. En este caso, la onubense se situó a la cabeza de Andalucía y se convirtió en la sexta de España en cuanto al aumento. Se celebró, como también se hizo con los resultados del puente de Diciembre, que dejaron cifras superiores a otros años.

En esas cifras mucho ha tenido que ver la promoción. Y así lo destacan los empresarios: "Ha sido muy importante y tenemos que reconocer que ha habido una buena colaboración entre el Patronato de Turismo y el sector empresarial".

A falta de un cierre definitivo se cifra en un 1% el aumento de ocupación, pero al descenso de precios se suma la caída de consumo interno (bares, restaurantes y demás locales que se incluyen en las instalaciones hoteleras), que se acerca al 30%. Y eso, sin lugar a dudas, repercute en alguna partida del balance anual (se racionalizan los gastos y se aplazan algo más las reformas previstas). Aunque lo importante es que la partida no sea para la generación de empleo y, de momento, no lo ha sido.