Vistas al mar y olor a cloaca |
HUELVA 08 Septiembre 2013
“Mienten”, así de tajante se muestra Alonso Jiménez, un vecino de la zona residencial situada junto al campo de golf y que ha recogido decenas de firmas de queja. Se refiere a todas las promesas de solución recibidas de las partes implicadas y que, después de un mes desde su primera denuncia por escrito, siguen sin cumplirse. En el primer escrito ya describe una situación que se ha repetido todo el verano: “Desde principio de julio hay una peste insoportable. Mi esposa ha vomitado en numerosas ocasiones y tenemos que meternos en casa con las ventanas y puertas cerradas para poder respirar”. Jiménez detalla que los vecinos pagan en cada recibo media docena de conceptos por el agua más una tasa de tratamiento que en su caso se eleva a 74,57 euros para después tener que respirar el aire contaminado por el agua sin tratar. El caso lo ha elevado al Defensor del Pueblo, que ha admitido la queja. El Ayuntamiento de Almonte zanjó la cuestión alegando que “el problema es del campo de golf”. El gerente de estas instalaciones defendió que el espacio es ecológico y, por lo tanto, usa agua de la depuradora. Afirma que todos los años ha olido, pero este ha sido “un poco más fuerte”. Para evitarlo, García Villalobos afirma que ellos mismos han clorado el agua que están utilizando y que consiguieron parar el olor. Alonso Jiménez afirmó, tan solo unas horas después de estas explicaciones, que decenas de vecinos se habían vuelto a reunir para canalizar las protestas por lo insoportable de la situación. El campo de golf insistió que, en cualquier caso, la depuradora de la que se abastece el campo de golf es responsabilidad de Aqualia, empresa que no ha respondido a las peticiones de explicaciones de este periódico. Matalascañas ha perdido este año la bandera azul con la que distingue la Asociación de Educación Ambiental (Adeac) a las playas por sus servicios. También se detectaron este verano alteraciones de los parámetros microbiológicos en las aguas de Matalascañas, entre otras zonas costeras, aunque Salud afirmó a principios de mes que, en la última analítica, los índices eran correctos. El pasado marzo, según informó laAsociación de Propietarios de Matalascañas, esta entidad denunció ante la Guardia Civil vertidos de aguas fecales a la playa desde un colector roto desde febrero y que ocasionó la contaminación de la zona y un olor insoportable.
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